Risa mística
Para una Aristóteles Perdida
Afuera luz y tiempo, afuera pueblos y prostitutas
carece de razón plural y pesadillas venturosas,
reflexivamente oscura, desmelenada la nuca,
y con alegría de novia amada cada noche de vida,
ja, para cada vino espeso que bebo vigilantemente,
y de todo ruido que vomito inmòvil,
poseo otro sabor presente y otra ardiente pasión,
un ruido que muere, una ansiedad concreta,
como si huyeran policías o animales,
y en una pulpa de leve infinita contracción,
como un sirviente exaltado, como una campanilla demasiado aguda,
como un piso encerado, como un hedor de barco abarrotado
en la que los pasajeros salen al día alegremente atentos,
y hay un aroma de ropa almidonada, y un florero con jazmines,
seguramente de una manera todavía más alegre,
aunque, la verdad, de improviso, la brisa que roza mi espalda,
los días de breves instantes amanecidos en mi balcón,
sonidos de una noche apagados en un don,
demandan de mi imaginación, con alegrías,
y un batir de palmas silenciadas a carcajadas
joda, y una quietud violenta, y un nombre iluminado.
(yo)
Alejandro Ferreyra
29/6/2019
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